El agua, uno de los insumos más valiosos de la humanidad, también es fundamental en las actividades de la industria minera.Según el estudio realizado por la Agencia Nacional del Agua (ANA) en 2019, la minería extrae más de 32 mil metros cúbicos de agua por segundo en Brasil, lo que corresponde al 1,6% del total de agua utilizada en el país.El volumen, sin embargo, es proporcionalmente pequeño considerando la relevancia del sector 48.Involucrada en alrededor del 45% de las actividades económicas del mundo, la minería aumenta la productividad agrícola con fertilizantes, por ejemplo.También está presente en equipos tecnológicos, como los teléfonos inteligentes, que tienen en su composición unos 25 metales diferentes, todos provenientes de la minería.Por ello, es necesario continuar con la mejora continua y asegurar el desarrollo cada vez más sostenible del sector minero.Además de optimizar las actividades de exploración, extracción, concentración y disposición de relaves, la reducción del uso de agua nueva es uno de los grandes desafíos para promover la sustentabilidad en la minería.En este sentido, la química es una gran aliada, con nuevas tecnologías en polímeros que permiten aumentar la recuperación del agua utilizada en el procesamiento de manera más eficiente.En los procesos de beneficio de minerales que requieren separación sólido/líquido, la aplicación de floculantes a base de polímeros avanzados, como Rheomax DR, aseguran una mayor densificación, con un aumento de la velocidad de sedimentación y una mayor recuperación de agua.Este volumen recuperado puede ser reutilizado en el proceso productivo, reduciendo la captación de agua nueva, o puede ser tratado y devuelto al medio ambiente.En la gestión de relaves, los polímeros a base de poliacrilamida, como Rheomax ETD, agregan partículas sólidas, aceleran la liberación de agua de mayor calidad y mejoran el tiempo de secado de los relaves minerales.Además de la recuperación de agua, esta solución promueve un mayor aprovechamiento de la presa y el control de las estructuras.La innovación, que reduce el área ocupada por relaves, asegura una mayor estabilidad de la estructura, reduce los costos y el tiempo de rehabilitación de la presa, aumentando significativamente la vida útil del área de disposición.Ambas soluciones garantizan además el ahorro energético y la eficiencia en el uso de los recursos.Otro factor importante es que estos productos no dañan el medio ambiente y no están clasificados como tóxicos, ni siquiera para peces, algas y otros organismos acuáticos.Sobre la base de una estrategia bien establecida, adaptada a cada actividad, las innovaciones se pueden aplicar al procesamiento de minerales y al tratamiento de relaves, cumpliendo numerosos criterios de sostenibilidad, como la reducción de residuos, costos y consumo de agua y energía.Creando química para un futuro sostenible, podemos aportar soluciones que, si se aplican correctamente, son poderosos aliados para mejorar la eficiencia y reducir significativamente los impactos en el medio ambiente.(*) Químico y Gerente Regional de Soluciones Mineras de BASF para SudaméricaSigue a SiteBarra también en las Redes Sociales